martes, 29 de enero de 2013

La Procrastinación





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Qué es ?

La procrastinación (del latín: pro, adelante, y crastinus, referente al futuro) es la acción de postergar actividades o situaciones,  que uno debe  atender, por otras situaciones más irrelevantes y agradables. En consecuencia,  la persona gasta más tiempo y energía en NO hacer  algo,  que en hacerlo directamente.

Un ejemplo

Me encargan un proyecto profesional que he de  presentar en quince días.  Me propongo iniciarlo mañana, tranquilamente, para así  poderlo entregar antes de lo previsto; además, si surge algún contratiempo, tendré el tiempo suficiente para solucionarlo.

Llega mañana  . . . . .  las horas transcurren y no comienzo el trabajo.  A última hora de la tarde el trabajo está sin comenzar y me digo : “ . . .  es tarde y además  es casi la hora de cenar. Mejor lo comienzo mañana, sin falta.

Qué he hecho durante el día ?: sentarme enfrente del ordenador, leer el correo. . . . En uno de los correos figura un  “link” que me redirecciona a  la web de los guitarristas más relevantes de los 80’s, hago click y . . . . .  se me despierta el gusanillo, ensayo una pieza musical que estoy aprendiendo, pero el sonido de mi guitarra es malo; las cuerdas están gastadas . . . .  voy a comprar un juego nuevo, me encuentro con José Luis . . .  comemos juntos, voy a casa y recuerdo que el mando de la tele está desconfigurado.  Lo reprogramo,  lo pruebo . . . . conecto la tele  . . .  comienzo a “zapear”  . . . . . .   Dios mío las 10:00 de la noche !!! . . . .  Maldita  sea!!!, de mañana no pasa.  Llega mañana y el ciclo se repite.

Llega el día  antes de  la entrega del proyecto . . . . todo son prisas, estrés, y aunque logro terminar el trabajo,  me siento culpable,  agotado y estresado.  Me prometo a mí mismo que ésta es  la última vez . . . .  pero el tiempo se encarga en demostrar lo contrario.

La procrastinación es una “ladrona de tiempo” y energía pero, en realidad, somos nosotros mismos quienes permitimos este robo e incluso lo propiciamos.

Pero, por qué nos pasa esto?

Intuitivamente, se podría afirmar  que la procrastinación  es el producto de una mala gestión del tiempo; pero, lo que nos revelan  los estudios realizados, es que se debe a dos factores :  el factor emocional  y la falta de visión global de nuestra vida laboral y personal.

Factor emocional

De entre las emociones básicas, la ansiedad  es la emoción más claramente relacionada con la procrastinación. Los pensamientos asociados a esta emoción están vinculados a  nuestros miedos más íntimos y nucleares; miedo a fracasar e incluso a triunfar son un buen ejemplo.

La ansiedad es un estado fisiológico y mental que nos impide reflexionar  y  que genera la necesidad de huir de él de manera inmediata; acostumbramos a “solucionar” dicha situación  a través del autoengaño  o la evitación de  aquellas situaciones que nos generan nerviosismo.  En el caso de la procrastinación, el autoengaño es : “ . . . .  lo haré mañana . . .  ya es muy tarde. . . . . “ (uf, que alivio!!!!)”.  Existe una gran cantidad  de autoengaños (excusas), por supuesto, todos muy “lógicos”

La necesidad de recompensa constante. Este factor emocional se relaciona con nuestra parte más primaria y relacionada con la etapa infantil.  En esta etapa se manifiestan: el egocentrismo,  la satisfacción inmediata y la evitación del esfuerzo. Este factor es inconsciente, y la persona lo resuelve también con el autoengaño, porque le resulta difícil reconocer que su parte más infantil e inmadura se ha impuesto a la parte racional; la del adulto . . . . .  el autoengaño se pone en marcha . .  . . .  volvemos a respirar tranquilos.

Tener una visión global

Este factor se relaciona con una toma de perspectiva de la realidad; es decir, cuál es el significado de algo en relación con el  resto de las cosas.  Tener una visión global es congruente  con la conducta estratégica, entendiendo estratégica  en el sentido de qué es lo que tengo que hacer ahora para conseguir mi objetivo mañana.

Los elementos principales de la conducta estratégica son: la autocrítica (cómo me siento y qué hago al respecto), los objetivos (cuáles son mis objetivos), método (qué pasos he de seguir).

Estos factores – emocional y tener una visión global –  son interdependientes; es decir, no se dan de manera aislada, ya que unos son consecuencia de otros, de manera circular.  Es decir, si tenemos miedo es quizás porque no vemos las cosas de manera global, lo que a su vez alimenta dicho miedo; pero, a pesar de disponer de  una estrategia determinada, nos produciría ansiedad el hecho de no tener claro de que, ésa,  sea la estrategia adecuada, etc, etc,

Estilos de procrastinación 

  •              Perfeccionista.  Nunca se está de acuerdo con el resultado final.
  •             Soñador.  Sueño infantil  consistente en la creencia de que todo saldrá bien, sin que   nosotros hagamos nada para lograrlo. Pensamiento mágico.
  •            Generador de crisis. Hay personas que afirman  trabajar mejor bajo presión, pero para ser más precisos, prefieren protestar y generar crisis para no hacer en definitiva ninguna tarea.
  •           Catastrofista.  El pensamiento lo ocupan  ideas relacionadas con los miedos al desastre,  al fracaso e incluso a triunfar.
  •           Sobrecargado.  Personas que no saben decir  “no” y adquieren más y más  responsabilidades que difícilmente pueden cumplir. 



Qué hacer ?

1. Autocrítica. Recordar que la procrastinación no se trata de QUÉ hacemos, sino qué pensamos y sentimos (emociones  y pensamientos implicadas) cuando debemos hacer algo. Si nos enfrentamos a nuestros sentimientos  y pensamientos  irracionales, tendremos una posibilidad de evitar la procrastinación.  Preguntas como:  “. . .  cuáles son mis sensaciones?”; “qué pienso con respecto a . . . ?“; “. . . .  estoy dándome excusas o es una decisión correcta?”, serían una buena manera de abordar el problema.

2. Planteamiento de objetivos. Definir de manera clara y concreta nuestros objetivos.  Para que un objetivo quede definido correctamente es necesario que tenga las siguientes características:

  •          Que sea medible. Dedicar menos tiempo a leer el correo, no es medible.  Dedicar 10 minutos a leer el correo, sí
  •          Que sea concreto. Se relaciona con la característica anterior; ya que, algo que no es concreto,  no se puede medir.  Pasar menos tiempo en el ordenador no es ni concreto ni medible. 
  •          Temporal. Periodo en el que se pretende alcanzar el objetivo. Fijar un inicio y un final, con cierto grado de flexibilidad (posibles contratiempos).
  •          Alcanzable. Relacionarlo con nuestras capacidades y recursos actuales. 
  •          Progresión. En función del objetivo planteado se hará necesario dividirlo estableciendo etapas y/o pasos necesarios para lograr el objetivo final.  En este caso, la estrategia adecuada es comenzar por los más fáciles de conseguir.



Conclusiones

La procrastinación es una especie de paraguas integrado por los llamados “ladrones de tiempo”,  los cuales  nos alejan de aquellas  actividades o acciones  encaminadas a lograr nuestros objetivos, alterando la planificación y, en consecuencia, retardando o impidiendo conseguir lo que nos proponemos.

Parece ser que, según las investigaciones, los aspectos relacionados con las emociones (ansiedad) tienen más peso que aquéllos relacionados con la gestión del tiempo; aunque,  sin duda, también son necesarios.