Qué es ?
La procrastinación (del
latín: pro, adelante, y crastinus, referente al futuro) es la acción de
postergar actividades o situaciones, que
uno debe atender, por otras situaciones
más irrelevantes y agradables. En consecuencia,
la persona gasta más tiempo y energía en
NO hacer algo, que en hacerlo directamente.
Un ejemplo
Me encargan un proyecto
profesional que he de presentar en quince
días. Me propongo iniciarlo mañana,
tranquilamente, para así poderlo
entregar antes de lo previsto; además, si surge algún contratiempo, tendré el
tiempo suficiente para solucionarlo.
Llega mañana . . . . .
las horas transcurren y no comienzo el trabajo. A última hora de la tarde el trabajo está sin comenzar y me digo : “ . . . es
tarde y además es casi la hora de cenar. Mejor lo comienzo mañana, sin falta.
Qué he hecho durante el
día ?: sentarme enfrente del ordenador, leer el correo. . . . En uno de los correos figura un “link” que me redirecciona a la web de los guitarristas más relevantes de
los 80’s, hago click y . . . . . se me
despierta el gusanillo, ensayo una pieza musical que estoy aprendiendo, pero el
sonido de mi guitarra es malo; las cuerdas están gastadas . . . . voy a comprar un juego nuevo, me encuentro
con José Luis . . . comemos juntos, voy
a casa y recuerdo que el mando de la tele está desconfigurado. Lo reprogramo, lo pruebo . . . . conecto la tele . . .
comienzo a “zapear” . . . . . . Dios
mío las 10:00 de la noche !!! . . . . Maldita sea!!!, de mañana no
pasa. Llega mañana y el ciclo se repite.
Llega el día antes de la entrega del proyecto . . . . todo son
prisas, estrés, y aunque logro terminar el trabajo, me siento culpable, agotado y estresado. Me prometo a mí mismo que ésta es la última vez . . . . pero el tiempo se encarga en demostrar lo
contrario.
La procrastinación es una
“ladrona de tiempo” y energía pero, en realidad, somos nosotros mismos quienes
permitimos este robo e incluso lo propiciamos.
Pero, por qué nos pasa esto?
Intuitivamente, se
podría afirmar que la procrastinación es el producto de una mala gestión del
tiempo; pero, lo que nos revelan los
estudios realizados, es que se debe a dos factores : el factor emocional y la falta de visión global de nuestra vida
laboral y personal.
Factor emocional
De entre las emociones
básicas, la ansiedad es la emoción más
claramente relacionada con la procrastinación. Los pensamientos asociados a
esta emoción están vinculados a nuestros
miedos más íntimos y nucleares; miedo a fracasar e incluso a triunfar son un
buen ejemplo.
La ansiedad es un estado fisiológico y mental que nos impide reflexionar y que
genera la necesidad de huir de él de manera inmediata; acostumbramos a “solucionar”
dicha situación a través del
autoengaño o la evitación de aquellas situaciones que nos generan
nerviosismo. En el caso de la
procrastinación, el autoengaño es : “ . . . .
lo haré mañana . . . ya es muy
tarde. . . . . “ (uf, que alivio!!!!)”. Existe una gran cantidad de autoengaños (excusas), por supuesto, todos
muy “lógicos”
La necesidad de
recompensa constante. Este factor emocional se relaciona con nuestra parte más
primaria y relacionada con la etapa infantil.
En esta etapa se manifiestan: el egocentrismo, la satisfacción inmediata y la evitación del
esfuerzo. Este factor es inconsciente, y la persona lo resuelve también con el
autoengaño, porque le resulta difícil reconocer que su parte más infantil e
inmadura se ha impuesto a la parte racional; la del adulto . . . . . el autoengaño se pone en marcha . . . . .
volvemos a respirar tranquilos.
Tener una visión global
Este factor se relaciona
con una toma de perspectiva de la realidad; es decir, cuál es el significado de
algo en relación con el resto de las
cosas. Tener una visión global es
congruente con la conducta estratégica,
entendiendo estratégica en el sentido de
qué es lo que tengo que hacer ahora para conseguir mi objetivo mañana.
Los elementos principales de la conducta estratégica son: la autocrítica (cómo me siento y
qué hago al respecto), los objetivos (cuáles son mis objetivos), método (qué
pasos he de seguir).
Estos factores –
emocional y tener una visión global – son interdependientes; es decir, no se dan de
manera aislada, ya que unos son consecuencia de otros, de manera
circular. Es decir, si tenemos miedo es
quizás porque no vemos las cosas de manera global, lo que a su vez alimenta
dicho miedo; pero, a pesar de disponer de una
estrategia determinada, nos produciría ansiedad el hecho de no tener claro de que, ésa, sea
la estrategia adecuada, etc, etc,
Estilos de procrastinación
- Perfeccionista. Nunca se está de acuerdo con el resultado final.
- Soñador. Sueño infantil consistente en la creencia de que todo saldrá bien, sin que nosotros hagamos nada para lograrlo. Pensamiento mágico.
- Generador de crisis. Hay personas que afirman trabajar mejor bajo presión, pero para ser más precisos, prefieren protestar y generar crisis para no hacer en definitiva ninguna tarea.
- Catastrofista. El pensamiento lo ocupan ideas relacionadas con los miedos al desastre, al fracaso e incluso a triunfar.
- Sobrecargado. Personas que no saben decir “no” y adquieren más y más responsabilidades que difícilmente pueden cumplir.
Qué hacer ?
1. Autocrítica. Recordar que la procrastinación
no se trata de QUÉ hacemos, sino qué pensamos y sentimos (emociones y pensamientos implicadas) cuando debemos
hacer algo. Si nos enfrentamos a nuestros sentimientos y pensamientos
irracionales, tendremos una posibilidad de evitar la procrastinación. Preguntas como: “. . .
cuáles son mis sensaciones?”; “qué pienso con respecto a . . . ?“; “. . .
. estoy dándome excusas o es una
decisión correcta?”, serían una buena manera de abordar el problema.
2. Planteamiento de objetivos. Definir
de manera clara y concreta nuestros objetivos.
Para que un objetivo quede definido correctamente es necesario que tenga
las siguientes características:
- Que sea medible. Dedicar menos tiempo a leer el correo, no es medible. Dedicar 10 minutos a leer el correo, sí
- Que sea concreto. Se relaciona con la característica anterior; ya que, algo que no es concreto, no se puede medir. Pasar menos tiempo en el ordenador no es ni concreto ni medible.
- Temporal. Periodo en el que se pretende alcanzar el objetivo. Fijar un inicio y un final, con cierto grado de flexibilidad (posibles contratiempos).
- Alcanzable. Relacionarlo con nuestras capacidades y recursos actuales.
- Progresión. En función del objetivo planteado se hará necesario dividirlo estableciendo etapas y/o pasos necesarios para lograr el objetivo final. En este caso, la estrategia adecuada es comenzar por los más fáciles de conseguir.
Conclusiones
La procrastinación es
una especie de paraguas integrado por los llamados “ladrones de tiempo”, los cuales nos alejan de aquellas actividades o acciones encaminadas a lograr nuestros objetivos,
alterando la planificación y, en consecuencia, retardando o impidiendo conseguir
lo que nos proponemos.
Parece ser que, según las
investigaciones, los aspectos relacionados con las emociones (ansiedad) tienen más peso que aquéllos relacionados con la gestión del tiempo; aunque, sin duda, también son necesarios.